EL IGNORADO

El ignorado camina,
su cabeza bajo el brazo,
por la ancha calle de baldosas huecas
y el alegre rostro en su disfraz,
                                              silbando.
Al fondo, casi lejos
y al alcance de la mano,
ese sol que ya es luna se adivina
en la sombra sin ojos del asfalto.

La noche que se cierne sobre todos
es la noche también del ignorado.

LA LONGITUD DEL DESAMPARO

¿Cómo decir
que espero una respuesta
sin haber preguntado?

Sombra sin árbol,
¿cómo cantar
mi nube sin espacio,
mi huella sin camino,
mi brazo sin abrazo?

¿Cómo medir, en fin,
la longitud del desamparo?

ALGUNAS PISTAS

No os pido el perdón
ni la condena.
¡Qué más da
cuando se tiene
la esperanza al cuello!

¿Olvidaste que esa luz
no es lluvia,
y que también
nos pertenece?

Si la alcanzas, es tuya.
Si renuncias, renuncias
porque es tuya.

Yo solamente
me limito a dar pistas.

PIRATEANDO

                       Ahora lo recuerdo
Éramos limpios
Como el cristal del sueño
Como el vino
Como la lluvia cuando nada exige
                                                   A cambio
Tú tenías melocotón por boca
Y entre los muslos el camino más largo
Distancias     Sabor sin nombre     Botín
     capturado en los mares salvajes
Que espera
                  PaCieNTeMeNTe eSPeRa
                                                            Ahí
Para que yo me incruste como un caracol
En su casita
Lamiendo     Ensalivando     E inundando
                                                              De mí
Tus zonas más amables

ORACIÓN

Sedúcete o seduce
Al último noctámbulo
Y aprenderás     (Que todo tiene ciencia
El misterio innombrable
                                       Su aventura
                                                          Delirio
Noche o aurora que acaba donde empieza
El eterno
              El borracho
                                 Su lujuria
Mano que se desliza
Y como sueño a la deriva cumple
                                                      O encuentra
Su destino en el labio
La botella

                 Así seas

EL RÍO EN SEPTIEMBRE

De salida
Hubo un silencio levemente azul
Como el río de cristal
En que el deseo naufraga

Después fueron los cuerpos
Dignamente tiznados
                                  Entregados
Al instante perenne que ya los justifica

Luego hubo un ruidillo equivocado
Un descanso del amor para seguir su ruta

Ahora
          Aquí
                  Nos buscamos
Y en el triste recodo
De aquel río septembrino
Sin rencor     Contemplamos
                      El beso inabarcable
                      La anchura de su flujo
                      Su curso interrumpido por la duda

EL BESO AQUEL

El amor en verano
Un día cualquiera       Como la luna       De noche
Inevitablemente me devuelve
A tus labios
                  Aquellos finos labios
Con que amaneciste a mí
(Con que amaneciste a mí
Tú
     Beso que perdura en el fondo clavado
Y que algún día
Un día cualquiera
                           Lo sé
Rememoraremos con la rabia de los ojos hundidos
Y sabremos     (Al fin sabremos pero tarde
Que somos inmortales sin remedio
Como el beso aquel
                              Único
                                        Irrepetible

INSTANTE

A estas alturas
Los minutos acaso se condensan
Exprimimos la esponja o su memoria
Buscamos un refugio sin horas
                                             Ni kilómetros
Y al fin saltan dos gotas como pausas

Nos duele
                (Me duele
                (Inútilmente pienso
Que el dolor fortalece    Pero ya no compensa
Escudriñamos
Y al cabo nos hundimos
                                    Gozosos
En ese breve instante    Ya lejano
                                                  Breve
Cuando tú me decías lo mucho que me amabas
Cuando yo te decía lo mucho que te amaba

EL NIÑO SOLDADO

Mi guerra es el resumen
de una noche de estrellas derritiendo su luciérnaga
en el mar,
               o su sepulcro.

Mutilado junto al pecho,
aprendiendo la desesperación bajo el charco sereno
de mis ojos.

Si sufrí alguna flecha, fue la duda de sentirla.

Humillado ante la evidencia,
desangrado bajo el aleteo salvaje de pájaros titánicos.

Hermético fue el árbol y hasta inútil su intento.

La perdí, claro.

DON JUAN

Siempre más.
Seguir haciendo, acumulando
escarcha o alimento inútil
solo adepto a mentes rumiantes
que vuelven (sabiamente
                                     vuelven)
como para precintar miradas.

Siempre más,
o solazarse aún
en el regreso sordo de los labios.

Escombros de crepúsculos
perdidos, destellos
que iluminan de muerte nuestras sombras.

DE RON CON COCA-COLA O DOLOROSA LUCIDEZ

En su borde, el vaso nunca miente.
Él es morada del lúcido inefable.
Por su suave columna
asciende hasta mi labio
tu ensueño advenedizo.
Él me justifica en mi dolor extraño.
Me seduce en tu ausencia.
Me conduce a su huerto.
Me posee...
Y sin sentimentallismos vocifera
que el nuestro
es un algo,
                 un color,
                               una nada
todavia sin rostro y sin garganta.

EL NIÑO PROFETA

Cualquier lunes futuro
aburriré al Dolor
y a su cansancio casi mítico.

Derribará la Indiferencia altivos pedestales,
insultaré a la Luna con mi sabio susurro,
regresaré al Olvido
y arrojaré
sobre el baúl yaciente
el puñado simbólico y mi risa postergada.

                                           Entre tanto
nos roe el enigma de saberlo.

A ti y a mí,
                constelación
que no hemos descubierto.

LA CONQUISTA DEL VACÍO

Sin duda, toda ausencia
procrea por sí misma expectativas
y es preludio de un fiero cataclismo
y es preludio de mil caricias curvas.

No así en mí, que olvidado
en melódicas ausencias y en ausentes olvidos
extraviado, he tocado el Vacío.

No río ya, ni navego
por cauces torrenciales,
ni sé escribir con lágrimas errantes
racimos para enviarte en primavera.

He muerto en ti para nosotros
por estúpido afán de desearlo.

A SU PRINCESA AUSENTE

Uno     a veces     siempre
desde entonces sobre todo
porque uno
es como es
pese a que la Distancia pueda medirse
en metros en abrazos en recuerdos
uno se suele levantar
con la garganta ensangrentada y muchos
muchos pelos en la lengua
            sabiendo
                         presumiendo
                                           presagiando
que serán muchos los labios
muchas las piernas y los cuerpos de princesa sin braguitas ni pirulíes
en la noche-horchata de verano

Porque uno
es como es
y sabe que tu aliento es como es
uno vagará con su cansancio
por las calles los rostros las palabras
y ya sin luces ni bohemia
uno volverá cuando amanezca
con la misma garganta ensangrentada
y muchas dosis de alcohol
y la lengua con sabor a muchas princesitas
que no tendrán tu nombre de princesa
ni nada de nada de princesas

Y uno
que apenas si sabrá
por qué no es como es
arrojará su cuerpo desnudo sobre el colchón
y fundirá tus pechos de señora
tus espaldas sedientas
tu cuello
tus muslos de princesa
            con el sueño
                              el recuerdo
                                              el deseo
de un príncipe destronado

EN CLAVE DE SOL

Una vez, no más,
quisiera ser Lluís Llach
y que tú me escucharas
con la misma pasión de los sentidos
                                                     sin saber
qué te canto
en mi humilde concierto concertado.

Y que la clave de sol
seguida de todas las demás
ocupase el espacio y la lujuria
que hierve entre dos bocas desbocadas.

Una vez, no más.

SEÑORA DE ROSA Y AZUCENA

Me acerco simplemente
para contemplar -sin
contemplaciones-
los pechos de esa señora.

Es probable que me guste
más acercarme que los pechos
y más los pechos que la señora.

Para amarse
hay que andarse por las ramas.

Por favor, señora,
créame o no me crea,
pero es necesario que lo sepa
antes de que amanezca.

Son cosas que pasan,
como tales pechos con su señora.

MIS RAZONES

Tengo caviladas cincuenta y tantas
razones
para no dejarte.

Sería cosa de enumerarlas
en cincuenta y tantos versos alejandrinos,
de una en una
o de cinco en cinco,
y tan azules como el azul más azulado.

Lo que pasa es que uno,
con los años y demás,
ya no se siente motivado para rondar y razonar
tan lirófora y celeste empresa.

Sabe al menos -y que te sirva
de precedente- que una de ellas
eres tú.

RESCOLDO DE PALABRAS

Pero
ante tu verdad tan cotidiana
todo lo escrito solo es ya
una una oración
                        rota
por una fe injustificada.

Que sin embargo vive
-y pervive- y muere
-y ojalá permuera- amparada,
                                             rescoldada
en su eterno Rescoldo de Palabras.

EPÍLOGO ANÓMALO

El mayor defecto del olvido
es que a veces incluye a la memoria.

Citar a Borges siempre queda bien.
Siempre queda bien citar a Borges.

INVITACIÓN AL VIAJE

BeBamos juntos     Una botella
Para mí solo
Es toda una traición

Mira mis ojos compañero
                                         Demasiada
Tristeza para mí solo

BeBamos   BeBamos   BeBamos

Hagamos algo grande
Para refugiarnos

                           Y mañana
Me lo cuentas todo

ANOTACIÓN BRUMOSA PARA PRESAGIAR EN LAS HORAS INEVITABLES

Antes de nada topé tu mano abierta
Después busqué tus ojos alegremente alegres
Reímos de cansancio
                                  Adivinando
Presagios y Presagios detrás de más Presagios

Oí tus labios rosas besando mi garganta
Lamiendo y relamiendo mi espalda azucarada

Nadie dijo nada
                          Pero nada ocultamos

Cuando ya clareaba regresamos
                                                  Tu mano
Aún abierta era un cielo en mi mano
Tus ojos un Presagio

Obviamente en el principio
No fue el Verbo

TESIS CARTESIANA

Cuando amanezca diré que estoy perdido
Ya ves
De hecho Zamora
Sí que pudo ganarse en una hora
                                                Y perderse
Ahora
Solo me ocupa el curso de este río
Es un río amplio como el alma de Manrique
-Que vino a dar en el Verso

Entre tanto
Estas cosas carecen de importancia

Simplemente os pido
Encarecidamente os pido
                                      Pedid peras al olmo
Cuantas más                   Y a Octavio Paz
Basta con pedirlas para estar conmigo
                                             con Paz

Me dices
             Que no dudas de mí
Ni de las peras
Yo te digo que no dudes del olmo
Yo te digo
               Tienes una hora
               Para retomar Zamora