Mi última voluntad
no tiene precio:
quiero
que tú quieras
(querer es tan bonito)
quemarte
conmigo
en esta hoguera.
Todo eso
sin ser Juana de Arco,
por supuesto.
Y cuando hayamos
descendido hasta el abismo
de nosotros,
yo no haré lo que pienso,
tú no pensarás lo que haces.
Desharemos frases
prehistóricas
para no caer en la tentación,
Y aspiro a que cojas,
y confío en que muerdas,
la manzana.
Eva o Blancanieves,
¡qué más da!
Solo tienes que querer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario