Me desperté sediento
e hice un manantial
con tu cariño.
Me levanté vacío
y desayuné
calor entre tus muslos.
Que espere el jefe.
Que espere el día.
Nos necesitamos,
pero apenas lo sabremos.
Que esperen todos
o que desesperen...
¿Qué importa la esperanza
de los otros?
Dormiremos otro poquito
para evitar suspicacias.
Es preciso.
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