Esta lluvia nos pertenece.
No te quedes cruzado
de brazos
mientras nos niegan
la lluvia a nosotros,
que es nuestra.
Mírala bien:
ella sabe
que es nuestra
aunque nunca alcance
a nuestras bocas.
Mójate o no te mojes.
Al fin, de ti depende.
Pero aprende
que esta lluvia
también a ti te pertenece.
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