Éranse las nueve
Y pico de la noche
Habíamos ascendido sin novedad
Hacía frío
Abrigábamos el hambre de veinticinco
Y la sed de verlaine
Descorchamos la Nostalgia entre risas
Y corchetes
Y gritamos
Hasta que el gritar nos consoló
Érase una noche
Y pico
Mientras
Las Nueve dormitaban desnudas en el jardín
Todo fue tan celestial
Que a nadie se le ocurrió el descenso
Absolutamente irónicos
Nos habíamos volado la tapa de los sesos
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